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¿QUÉ ES LA CODEPENDENCIA?

Este es el fenómeno típico de quien se vincula con un adicto desde distintos lugares. La codependencia propiamente dicha comienza y es evidente en el círculo familiar y / o de pertenencia de un adicto, del que podemos ser parte cualquiera de nosotros.


Además vivimos en una sociedad fuertemente condicionada por el consumismo, el cual se ha transformado en una pauta de relación y vínculo con las cosas y entre las personas también.

El inmediatismo, el “toco y me voy”, las relaciones hechas en base a meros intereses y necesidades; la falta de iniciativa, gratuidad y genuinidad en los mismos, la desconfianza, son todas características que muestran la frivolidad acorazante de los sentimientos, lo que se ha vuelto una pauta común.





La expresión sintomática del codependiente se caracteriza por la necesidad de tener el control sobre el otro, por una baja autoestima, por un autoconcepto negativo, por la dificultad para poner límites, por la represión de sus emociones, por hacer propios los problemas del otro, por la negación del problema, por ideas obsesivas y conductas compulsivas, por el miedo a ser abandonado, a la soledad o al rechazo, además se siente víctima porque sacrifica su propia felicidad, tiene dificultad para la diversión y se juzga sin misericordia.


Es decir nos volvemos codependientes cuando evitamos ponernos en contacto con nuestros propios problemas emocionales, y no asumimos la responsabilidad por el cuidado de nosotros mismos y de nuestro bienestar, volcando la atención sobre las necesidades de otras personas. Los codependientes suelen estar tan preocupados por los otros, que llegan a negar su verdadero sí mismo y no consiguen saber quiénes son en realidad.


Los codependientes primarios son las personas más cercanas al alcohólico, como esposos o padres. Para nuestra discusión del tema, vamos a utilizar el modelo clásico en que el alcohólico es el esposo y la mujer es la codependiente. (El alcoholismo de las mujeres es un gran problema en nuestra sociedad pero la negación de este problema es grande también). Como codependiente, ella se siente responsable de todo, hasta del mismo alcoholismo de su esposo. Una conducta clásica de la codependencia se ve cuando ella justifica las acciones de su marido, dando excusas por él a otros para ocultar o evitar las consecuencias del alcoholismo.

Podemos ver que el alcoholismo y la codependencia son la misma enfermedad. Ambos, como cualquier proceso de adicción, comparten las mismas características de negación, obsesión, compulsión y pérdida de control. (El codependiente mantiene una ilusión de control, pero su vida es ingobernable).


  • Los niños participan en la enfermedad familiar de adicción también. Ellos adoptan papeles diferentes para sobrevivir en una situación de caos. El héroe es generalmente el papel del hijo mayor de la familia. El héroe o heroína es el niño o la niña más responsable y actúa como el segundo papá o la segunda mamá de los otros niños. El héroe trata de lograr la aprobación de otros, especialmente la de los adultos. Casi siempre ellos pueden lograr muchas cosas en diversas actividades. Pueden ser líderes en la escuela y la iglesia; son buenos estudiantes y buenos trabajadores.



  • El papel del segundo hijo generalmente es el de la oveja negra o el escapista. Este niño ha aprendido que la atención negativa es más fácil de lograr que la atención positiva. La oveja negra está metida en problemas con la familia, la escuela y posiblemente con la ley. Este niño experimenta con el alcohol o las drogas muy temprano en su vida o puede tener un embarazo fuera del matrimonio muy joven. Su codependencia se manifiesta en la negación de sus sentimientos verdaderos con la conducta de rebelión. Esta conducta extrema distrae la atención de la familia del problema primordial del alcoholismo del padre y facilita la negación de toda la familia.



  • El tercer papel de los niños es el niño perdido. Este niño no causa ninguna molestia y evita muchos conflictos. El niño perdido vive aislado de la familia y pasa mucho tiempo solo, desarrollando una vida de fantasía. Por eso puede ser muy creativo.



  • El cuarto papel es el del hijo menor, y se llama el payaso (en el buen sentido de la palabra). Él usa su buen sentido del humor para llamar la atención hacia él y distraer la atención de las tensiones que hay en la familia. Él es bromista, encantador y muchas veces es muy simpático. La codependencia de este niño es que se siente responsable del dolor de la familia, y cree que debe aliviarlo con buen humor y bromas.


Estos papeles pueden desarrollarse en cualquier familia que tiene crisis. Cuando hay crisis física, como un familiar con cáncer, o una crisis económica fuerte, o hay otras compulsiones en la familia, los familiares adoptan estos papeles de codependencia, inconscientemente para sobrevivir en un sistema de caos.

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